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recursos didacticos

 114. Preste atención a las siguientes locuciones, que en español coloquial pueden funcionar como recursos de intensificación:

infinidad de
un sinfín de
una barbaridad de
la mar de
un montonazo de
cantidad de
mogollón de
tira de
tela de
Lo que le proponemos en este ejercicio no es tanto la difícil tarea de que nos delimite las diferencias de sentido que se da en ellos, como que nos intente describir las características generales de combinación sintagmática de estos elementos.
 
115. ¿Qué diferencia puede establecerse entre el uso del diminutivo en cada uno de los siguientes enunciados?:
Todos los tíos / toditos↑ / sois unos egoístas
Con estos precios / tendremos que esperar unos añitos para casarnos
 
116. ¿Por qué es posible la intensificación en una expresión como Federico se comportó como un imbécil y no lo es en otra como *Federico se comportó como imbécil?
 
117. Fíjese en estas dos expresiones con intensificadores irónicos:
¡No bebe na(da)↑ este en la peña!
¡No bebe na(da)↑ este en las peñas!
Si alguien emitiera alguna de ellas refiriéndose directamente a usted, ¿qué estaría diciendo exactamente con cada una?; ¿con cuál se sentiría más ofendido, con la primera o con la segunda?
Intente, posteriormente, cambiar la entonación del enunciado para que cada uno cambie su orientación significativa de ironía hacia otra en la que, efectivamente, se insista en el hecho de que alguien no bebe nada.

118. A continuación le proponemos dos casos de estructuras sintácticas intensificadoras (la mar de, una barbaridad de) que pueden aparecer, por ejemplo, en enunciados como Esto niño es la mar de simpático o Este niño es una barbaridad de simpático desempeñando una función de adyacencia con respecto al elemento al que acompañan. Lo que queremos que se plantee, con ayuda de los ejemplos, es si entre la mar de y una barbaridad de existe o no alguna diferencia significativa.
 
119. Reflexione sobre el hecho de que un enunciado como Café café es lo que tomo todas las mañanas sea totalmente posible en español mientras que la expresión *Café café es lo que te está matando se vuelve agramatical. Tenga en cuenta, para su respuesta, que en español coloquial sí es posible, sin embargo, Café / café / te está matando / hijo / te está matando.

120. Un enunciado como Pepa comió fatigada es ambigua en español. ¿Podría explicar esa ambigüedad y también cómo se resolvería la expresión de intensificación más claramente en este enunciado?

121. Le vamos a proponer a continuación diferentes enunciados para que intente delimitar los mecanismos por los que se consigue expresar la intensificación en cada uno de ellos:
a) Mario es de un egoísta→
b) Era más guapa→
c) Tengo un médico→
d) Tenía una casa→
 
122. Los sufijos diminutivos pueden adquirir, según el contexto en que se inserten, o un valor atenuante o uno intensificador: un enunciado como ¡Vaya cochecito que te has comprado! puede hacer referencia, o a un coche de tamaño pequeño o a uno que sea grande, entre otras posibilidades. Lo que le pedimos a continuación es que intente encontrar un enunciado en el que el uso de un sufijo diminutivo exprese, inequívocamente, intensificación, sin que sea posible una interpretación con atenuante.
 
123. Reflexione acerca de la función que puede ejercer el sufijo -ito en la expresión coloquial ¿Me pones un cafelito?
 
124. Imaginemos que a un dependiente le damos un billete de cincuenta euros para comprar un chicle y, al mismo tiempo, le decimos Supongo que no tendrás suelto. ¿Por qué se produce el uso de la negación en este caso?
 
125. Fíjese en la frase ¿No tendrás por ahí dos euritos? ¿Podría analizar esa secuencia y establecer así los condicionantes pragmáticos que la motivan?
 
126. El uso de sufijos diminutivos puede servir (ya lo hemos visto previamente) para ayudar a buscar cierta complicidad o solidaridad con el oyente al que va dirigido el enunciado. ¿Podría decirnos por qué son usados y qué repercusión podría tener el uso de diminutivos en el siguiente enunciado emitido por un cliente en un bar a un camarero?:
Señorita / ¿por qué no me trae un panecito / con una agüita y una servilletita para limpiarme la boquita?
 
 
127. Además de que la formación de diminutivos varía ampliamente en función de factores dialectales, existe también una regulación que marca la capacidad de combinar estos afijos con sus temas. Observe que el oído castizo repudia formaciones con -ito o -illo en palabras como hombre, mujer, calor, etc. (*hombrito, *mujerita, *calorito). Le pedimos que nos dé un motivo para explicar la entrada en escena, en casos como los últimos, del formante de apoyo c (hombrecito, mujercita, hombrecico, mujercica, hombrecillo, mujercilla, etc.) para la formación de estos atenuantes.

128. Intente analizar los atenuantes del siguiente intercambio:
A: ¿Quieres otro cafelito?
B: No / déjalo / no vayas a poner otra cafetera para mí
A: Pero si yo también lo tomo
B: Pero entonces también vas a tomarte tú uno / ¿no?
A: Claro / claro

129. Delimite los distintos pares adyacentes conversacionales que se dan en la siguiente conversación entre dos amigas y determine si la organización entre ellos está completamente cerrada o no:
A: El otro día me dijo la Pepi que hablaste con él // ¿es verdad?
P: ¿La Pepi que ha esta(d) aquí contigo?
A: Sí
P: ¿Hasta cuándo? / ¿no trabajaba?
A: Hasta el lunes
P: Bueno / yo hable con él hace tiempo
 
130. ¿Podría decirnos cómo están organizadas las funciones conversacionales del siguiente intercambio?:
P: ¿Qué has estudiado / biología?
S: No / medicina / pero aún no he terminado
P: Anda / ¡qué bien!
 
131. Para que el intercambio de turno de palabra se lleve a cabo con éxito, sin solapamientos, y una vez que el emisor haya acabado de transmitir todo su mensaje, es indispensable que este comunique a su interlocutor, de una u otra manera, cuándo ha terminado su turno. ¿Puede indicarnos si en los siguientes enunciados existen evidencias de que el turno de palabra pueda haber terminado?
Yo lo que quiero es que me venga y me diga la verdad
¿Quieres que te diga la verdad?
 
132. Intente dilucidar si ante el siguiente enunciado podemos saber si un emisor ha terminado o no su mensaje:
No es por nada perooo / si no ha venido ya / a estas horas→
 
133. En el intercambio de turnos de palabras hay interrupciones voluntarias e involuntarias. Basándonos en esa distinción, queremos que intente explicar el cambio de turno de palabra en el siguiente fragmento de conversación:
P: Yo andaba / andaba // como este no decía nada / seguía / y a eso de las once y media pueees→ va y [meeeee]
B: [¡No!] A las once y media no / eso fue a las diez por ahí / ¿dónde vas?
 

P: Bueno / pues a esa hora / total // que coje y el tío y me dice ¡quillo! / por aquí no va a ser / ¿eh?
 


134. Intente analizar los intercambios de turnos que se dan en la siguiente conversación:
J: Sí / Joaquín Sabina / porque parece que ya no está haciendo conciertos como antes y entonces pues cuando da alguno hay que ir / no vaya a ser que pronto ya ni cante
P: Claro / claro
J: Y total que ahora me ha dicho Raque(l) que viene a Granada / igual aprovecho y voy a ver a Paula también / ¿no? / porque [si no]
P: [Sí / sí] te aconsejo que vayas porque si no lo haces ahora ya / vete a saber cuándo lo harás
  
135. En el siguiente intercambio, una pregunta queda sin respuesta verbal. ¿Podría evidenciar algún mecanismo por medio del cual el interlocutor entienda que el otro no puede decirle la hora?:
S: ¿Qué hora es?
V: (2”)
S: Gracias de todos modos
 
136. Muchos intercambios lingüísticos se completan con sonrisas, pero la sonrisa tiene diferentes valores según las comunidades, así que intente explicitar sus principales funciones en español.
 
137. Cuando en una conversación cara a cara con alguien emitimos un enunciado como No tengo ni idea, podemos apoyar el mensaje transmitido por medio de información no verbal (por ejemplo, encoger los hombros). Pues bien, lo que le planteamos ahora es que intente encontrar un contexto lingüístico y otro no lingüístico en los que el gesto del encogimiento de hombros no pueda significar ‘no tener ni idea de algo’.
 
138. Confronte el movimiento que suele usted hacer con la mano para contar algo (uno, dos, tres, cuatro, cinco...) con el realizado por otros hablantes, ya sean de lengua española o no, e intente encontrar similitudes y diferencias entre ellos.
 
139. En el ámbito léxico, como sabe, existen parcelas de palabras propias del registro coloquial cuyo uso está restringido a los jóvenes. Lo que le pedimos en este ejercicio es que intente delimitar si en el terreno de los gestos podemos encontrar esta misma situación, hallando gestos que, por ejemplo, no sean usados comúnmente en conversaciones entre adultos, por ejemplo, de más de 50 años.
 
140. Un amigo italiano de veinte años le ha visitado en España y ha tenido un pequeño problema a la hora de saludar a unas chicas españolas de su misma edad que ha conocido en la playa. Intente adivinar en qué ha podido consistir ese problema al que aludimos.
 
141. A continuación le aportamos tres breves diálogos y lo que pretendemos es que intente encontrar al menos un gesto con el que pueda acompañar la emisión de cada uno de ellos.
A: Me lo dijo él
B: Pero / ¿seguro que quieres estudiar eso? / ¡ven / ven / vamos por aquí!
A: ¡Ah! Pensaba que era por ahí
A: Ten cuidado
B: ¿Por qué?
A: No vaya a ser que te pise
M: ¿Cómo ha ido el partido?
A: Hemos ganado / eeeeh

142. Intente encontrar al menos un gesto por medio del cual se puedan expresar las siguientes funciones comunicativas en una conversación entre hablantes de español: petición, aprobación, desaprobación, desconocimiento, alivio, cansancio, extrañeza, incredulidad, promesa y rabia.