Dejarse engañar: Permitir que lo engañen.
Me dejé engañar porque me apetecía, pero yo sabía que eso no era así.
Dejarse la piel: Esforzarse en algo.
No hace falta que te dejes la piel en el trabajo. No te van a ascender porque ese puesto ya está dado.
Dejarse llevar por la corriente: Adoptar la postura de los otros.
Si me dejo llevar por la corriente, que en verdad es lo más cómodo para mí, Fernando se va a enfadar conmigo por no apoyarlo.